Norma Campusano, de 70 años, y Esmerly Valenzuela, de 74, celebraron su matrimonio en Santo Domingo tras reencontrarse cinco décadas después de que la vida los separara. La historia comenzó cuando eran adolescentes en La Jagua, San Juan de la Maguana, donde se conocieron y se enamoraron.
Sin embargo, las circunstancias económicas y culturales de la época no les permitieron consolidar su relación, obligándolos a tomar caminos separados.
Norma recuerda cómo su padre estableció un plazo para que Esmerly formalizara la relación, algo que él no pudo cumplir debido a la falta de recursos.
Tras esta ruptura, ambos comenzaron nuevas vidas por separado. Esmerly se casó, tuvo cinco hijos y permaneció en República Dominicana, mientras que Norma se mudó a Puerto Rico, donde formó su familia y se dedicó a su fe cristiana.
El destino los reunió gracias a las redes sociales. Durante una visita al país, Norma reconoció al hijo menor de Esmerly y, al indagar sobre él, descubrió que seguía soltero.
Poco después, mediante Facebook, se conectó con una de sus hijas, lo que permitió que ambos retomaran contacto.
Las conversaciones iniciales estuvieron llenas de cautela, ya que cada uno pensaba que el otro estaba casado. Sin embargo, al descubrir que ambos eran solteros, comenzó un intercambio más profundo que reavivó el amor de su juventud.
Tras meses de llamadas y mensajes, Esmerly propuso matrimonio. Norma, quien siempre había sido una mujer de fe, decidió orar antes de tomar una decisión.
Con el apoyo de su hijo y su nuera, finalmente aceptó. La pareja decidió no esperar más y organizaron una boda íntima en Santo Domingo, uniendo sus vidas oficialmente.
La ceremonia fue un reflejo de la humildad y la fe que los caracteriza. Norma lució un traje azul cielo, y aunque hubo algunos contratiempos en la decoración, la pareja y sus seres queridos vieron esto como un signo de que todo debía colocarse en manos de Dios. Con oraciones y esfuerzo, la boda se llevó a cabo con éxito.
Actualmente, la pareja vive en la casa de Esmerly, pero ya planean venderla para comprar una vivienda más adecuada para disfrutar su vejez juntos.
Este reencuentro de amor demuestra que el tiempo no puede borrar los sentimientos verdaderos, y Norma y Esmerly planean pasar el resto de sus vidas juntos, agradeciendo cada día esta segunda oportunidad.
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