Santo Domingo.- El misterio que rodea la desaparición de la estudiante Sudiksha konanki sigue sin resolverse, dejando a su familia, investigadores y a todo un país sumido en la incertidumbre.
A más de 11 días del suceso, las autoridades han intensificado la búsqueda en una operación conjunta por aire, mar y tierra, sin que hasta el momento se haya encontrado rastro alguno de su paradero.
Según Alicia Ortega, las interrogantes aumentan con cada declaración. Joshua Steven R., señalado como la última persona en verla, ha sido entrevistado por tercera vez por el Ministerio Público.
Su testimonio, lleno de lagunas e inconsistencias, ha generado aún más dudas sobre lo ocurrido aquella madrugada en la playa del complejo turístico donde se alojaban.
Su lenguaje corporal y la cercanía que mantenía con la joven han sido objeto de análisis por expertos en comunicación no verbal, quienes destacan la aparente familiaridad entre ambos, a pesar de que, según su propia versión, se conocieron esa misma noche.
En los videos de seguridad, se observa al grupo de seis personas dirigiéndose al mar. En la secuencia, Konanki tambalea, mientras Joshua levanta su teléfono, aparentemente para grabar.
Minutos después, los amigos comienzan a regresar al hotel en grupos separados, pero la estudiante nunca reaparece.
Joshua sostiene que intentó salvarla luego de que una ola los arrastrara mar adentro, pero su testimonio sobre los últimos momentos en los que la vio está plagado de contradicciones.
Los especialistas en criminalística apuntan a una falta de coherencia en su versión. Mientras en un momento afirma que la sacó del agua y la vio recogiendo sus pertenencias, también menciona que perdió el conocimiento en varias ocasiones, lo que hace dudar de si realmente pudo presenciar sus movimientos.
“O pierdes el conocimiento o no lo pierdes”, cuestionan los peritos, señalando que sus declaraciones parecen reconstrucciones vagas de lo ocurrido.
Además, su actitud posterior al hecho genera dudas: nunca alertó a las autoridades, no buscó a Konan ni mostró preocupación por su estado.
La fiscalía ha entrevistado a más de 50 personas, desde empleados de seguridad hasta trabajadores del hotel, pero nadie parece haber visto algo que ayude a esclarecer el caso.
A la par, la Armada ha desplegado un equipo de buzos y drones para rastrear la costa, pero los resultados siguen siendo infructuosos.
Mientras tanto, la familia de Joshua ha denunciado que su detención es arbitraria, alegando que ha sido interrogado sin traductores ni asesoría legal.
En medio de la incertidumbre, el FBI ha emitido una alerta para viajeros internacionales, recomendando precaución al socializar con desconocidos y evitando situaciones de vulnerabilidad.
Sin embargo, para la familia de Konanki, estas advertencias llegan tarde. El misterio sigue sin resolverse, y cada día que pasa sin respuestas aumenta la desesperación de quienes esperan un desenlace en este caso que ha captado la atención a nivel internacional.
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