Pedernales, RD. – La provincia de Pedernales alberga un yacimiento estimado de 100 millones de toneladas de tierras raras, un recurso estratégico con un valor aproximado de un billón de dólares.
Estos minerales son esenciales en la fabricación de microprocesadores, baterías recargables, pantallas LED y LCD, dispositivos móviles, turbinas eólicas y equipos militares, lo que ha despertado el interés de Estados Unidos en asegurar su control y explotación en colaboración con República Dominicana.
El ingeniero Hiddekel Morrison, en su más reciente reportaje en YouTube, detalló cómo Pedernales, una región históricamente vinculada a la extracción de bauxita, ha sido escenario de una explotación minera que, en muchos casos, ha subvalorado los recursos estratégicos presentes en su suelo.
Explicó que, aunque las tierras raras no son realmente escasas, su extracción y purificación representan un desafío técnico y económico, debido a que se encuentran mezcladas con otros elementos, lo que hace su separación costosa y compleja.
Desde 2023, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos ha trabajado en conjunto con el Gobierno dominicano para evaluar el potencial de estos yacimientos. Según Morrison, la cooperación de EE.UU. responde a la creciente necesidad de este país de reducir su dependencia de China, nación que actualmente controla alrededor de un tercio de las reservas mundiales de tierras raras y lidera la producción global de estos minerales.
El reportaje destaca que la bauxita extraída durante años en Pedernales contenía tierras raras que fueron vendidas a precios muy inferiores a su verdadero valor.
Esto sugiere que República Dominicana ha perdido millones de dólares por la falta de una evaluación adecuada de los materiales extraídos. Morrison advierte que, para aprovechar al máximo estos recursos, el país debe apostar por una gestión estratégica y sostenible, evitando la simple exportación de materia prima sin valor agregado.
Uno de los puntos clave expuestos en el análisis es la posibilidad de que República Dominicana se convierta en un hub tecnológico en el Caribe, con la creación de fábricas de microprocesadores y un ecosistema de desarrollo tecnológico basado en la extracción y procesamiento local de tierras raras.
Morrison sugiere que este potencial solo podrá materializarse con inversiones en educación, formación de ingenieros químicos y electrónicos, y un modelo de explotación que no comprometa el desarrollo turístico de Pedernales.
La clave para el futuro de las tierras raras en República Dominicana radica en la capacidad del país para definir un plan de explotación que garantice beneficios económicos sostenibles sin afectar el medio ambiente.
Morrison concluye que, si se maneja con visión y determinación, Pedernales podría convertirse en un referente mundial en la producción de microprocesadores con tecnología propia, impulsando la creación del «chip caribeño».
Las autoridades dominicanas tienen ante sí una de las decisiones económicas más trascendentales de la historia reciente: convertirse en un jugador clave en la industria tecnológica global o permitir que otros países continúen capitalizando sus recursos.
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